Visitamos también la “La Labranza Nº2”, una comunidad ubicada cerca de Palacagüina. Es conocida principalmente por ser un reducto de las semillas criollas, autóctonas de la zona, que dan un rendimiento máximo dentro del terreno. Un respeto total por el medio ambiente. Una resistencia dura frente a la invasión de las semillas transgénicas. Una posición fija, radicalmente enfrentada con la posición falsamente bienintencionada de industrias como Monsanto. Conocemos sus terrenos, las dificultades que se encuentran al trabajar en terrenos tan duros de alta montaña. Allí siguen trabajando la tierra como sus abuelos y sus padres, con ese conocimiento que heredaron de sus abuelos y sus padres. Descubrimos lo cansado de subir hasta el cultivo, difícilmente comunicados que se encuentran. Pero en la La Labranza son felices. Nos lo enseñan cantándonos su canciones y recibiéndonos con una comida en la que no faltan alimentos. Y entre esas canciones, los versos de Rosendo y la canción a su parcela: “hablan del cambio climático, pero el cambio soy yo”.
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