domingo, 21 de noviembre de 2010

Las dos caras del lago


Es difícil aguantar en la cama más allá de las 5 de la mañana cuando hay esa luz entrando por la ventana y un país entero por descubrir y unas ganas de conocer todo aquello que tiene que contarte. Unos huevos rancheros, gallopinto y en marcha, que el día es corto cuando hay tanta ansia por vivirlo.

El Mombacho es un volcán que tiene en su cráter uno de los pocos bosques nebulosos que se pueden ver en el mundo. Con una niebla que no nos dejaba casi ver más allá de nuestros pasos hemos conocido las peculiaridades de fauna y flora, entre ellas un perezoso y un perezosito, con suerte de encontrarlos despiertos en plena mañana, a ellos que duermen 18 horas. Nicaragua se muestra a esa altura como un país verde que sabe conservar todo lo bueno que tiene de una manera sorprendente. Un país lleno de vida, alegre a pesar de lo triste de lo nublado del día.

Pero todo lo que sube tiene que bajar, como dice el dicho, y bajamos. A las isletas llegamos pasando por Granada (una bonita ciudad colonial que visitanos ya en la noche), recorriendo apenas cinco kilómetros de carretera muy transitada. Son pequeñas (lo justo para una casa), distantes algunas, otras casi besándose. Están a los pies del Mombacho, volcán que un día expulsó esas rocas hasta el lago igual que fueron expulsados de esas mismas islas sus legítimos pobladores. Un paraíso como este no puede ser para los pobres. Nos cuenta el profesor Alfredo, como la oligarquía, las grandes familias del país, con el triunfo de Somoza, se dieron cuenta que un lugar tan bonito y cálido y lleno de vida tenía que ser para ellos. Así que decidieron presionar y a golpe de talonario sacaron a las familias de esas islitas que eran lo poco que tenían, su medio de subsistencia. Aún hoy algunas resisten. Un lago rico en pescado puede dar de comer a muchas familias. Pero ahí están las otras, las menos, las de arriba. El lago Cocibolga pasó de ser un lugar habitado por personas que intentaban ganarse la vida con lo que les ofrecía sus aguas, a residencia secundaria de grandes empresarios. Ahora hay un contraste enorme en muchas islas. Puedes ver un chalé enorme con su jardín y separado, a un lado pero en el mismo terreno, una casa pequeña, de una sola habitación, fabricada con palés y tejas recicladas. Es la del trabajador que cuida durante la semana la casa del señor. Son las dos formas de vida que se encuentran en el lago. Las dos formas de vida que creo que vamos a encontrar enfrentadas en el país más de una vez durante nuestra estancia.Son las que casi se tocan en la foto. El padre de familia humilde remando en su pequeña barca con su mujer y sus dos niños pequeños. El joven despreocupado que se divierte haciendo skisurf. Las dos caras del lago.

2 comentarios:

  1. que emoción amigo! me da muchisimo gusto que estés disfrutando de tu estancia :) espero sigas publicando todo lo que puedes ver por ahi.
    ah! tienes fotos de los perezosos? :D quiero verlas!!!

    Un besote. Diana

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  2. La foto define muy bien lo que cuentas en tus últimos párrafos, espero que el resto del viaje lospuedas definir con los primeros..Disfrutalo,y sigue compartiendolo asi de bien,para que tb nosotros podamos disfrutarlo..por un momento yo me he sentido alli..jeje un abrazo , samy.

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